En 2008 la seguridad de las redes militares de Estados Unidos se vio amenazada. Un espia extranjero, armado con una memoria USB, accedió a una computadora portátil del ejército estadounidense y la infectó, en una base militar en el Medio Oriente.
El código malicioso se esparció en una red administrada por el Comando Central de Estados Unidos y se abrió camino entre sistemas clasificados y abiertos, abriendo la puerta para transferir información militar estadounidense a computadoras extranjeras.
El episodio se había filtrado más o menos en...(Leer más)
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